miércoles, 10 de julio de 2013

El mejor británico de la historia.

Quien haya visto la final que perdió el tenista Escocés Andy Murray en Wimbledon hace un año ante Roger Federer, recordará a un hombre destrozado, en estado de shock, un hombre que no era capaz de entender cómo es que había perdido un partido que no merecía perder, en el que había jugado muy bien al tenis y en el que Roger Federer ganó a lo campeón. 
¿Qué pasará por la cabeza de un jugador que pierde una final de ese tamaño? Y es que en ese entonces, Murray buscaba convertirse en el primer británico en 76 años en ganar el torneo de Wimbledon, uno de los más grandes símbolos de la isla... Lo tenía todo y simplemente lo desaprovechó, se dejó perder ante el suizo y dejó ir la que se veía como la más grande oportunidad de su vida. 
Con oportunidades así, hay jugadores que caen para siempre, y si no, pregúntenle a Tim Henman o a Greg Ruzedski, quienes tuvieron su oportunidad pero simplemente nunca consiguieron ganar y sus carreras se vinieron abajo, particularmente la de Henman, que a pesar de ser un gran tenista, nunca pudo hacerse de un lugar en la élite.
Ahí estaba la incógnita de Murray que en ese momento estaba viviendo su mejor año como profesional, logrando incluso alcanzar el número dos mundial en el ranking de la ATP... ¿Qué pasaría con su futuro?
Hay personas que pasan años buscando tener una revancha y Murray tuvo la suerte que nadie había tenido: una revancha en una final, en el mismo sitio, contra el mismo rival, sólo dos meses después y en unos juegos olímpicos: qué mejor oportunidad para tomar revancha y dar ese pequeño paso para pasar a la historia.
Murray lo entendió y más allá de caerse, salió más fuerte, derrotó a Federer en sólo dos sets y le impidió al mejor tenista de la historia agenciarse el único gran título que le hacía falta: la medalla de oro olímpica. Murray lo hizo, se convirtió en campeón olímpico y desde ahí ha sacado su mejor tenis, además de que ya se hizo dueño del segundo lugar mundial.
En septiembre, Andy confirmó su gran momento al ganarle convincentemente a Novak Djokovic, número uno mundial, en la final del US Open en Flushing Meadows, de esta manera el escocés obtuvo finalmente su primer torneo grande en su aún jóven carrera.
Con esa confianza, Murray llegó a este Wimbledon, con hambre de triunfo, con ganas de pasar a la historia. El camino no fué fácil, primero llegó con dudas sobre su participación por una lesión en la espalda, misma que se fue agravando hasta poner en duda su participación en la semifinal. Además en el torneo, el andar fue complicado teniendo que remontar en tres ocasiones un set y en una ocasión más un par de sets... pero a fin de cuentas, consiguió el objetivo de colocarse de nuevo en la final.
Del otro lado un viejo conocido, un tal Novak Djokovic, que dicen que era número uno del mundo. El serbio había llegado a la final cediendo únicamente un par de sets, ambos en una semifinal épica ante el argentino Juan Martín Del Potro. Un duelo parejo, pero en el que Murray sabía que: 1.- No es seguro que la vida te dé una tercera oportunidad y 2.- El rival quedó físicamente extenuado después de la semifinal.  Así lo entendió Murray, que aprovechó el total apoyo del público reunido en la cancha central del All England Club para dominar el primer set. 
 La verdad es que Djokovic nunca pudo entrar en ritmo en el partido, en parte por el estado físico, pero sobre todo por que enfrente se encontró a un Murray decidido a hacer historia y a convertirse en el mejor tenista británico de la historia. Parciales de 6-4, 7-5 y 6-4 le dieron al escocés su revancha, a la Gran Bretaña a su héroe y a Wimbledon el primer Británico en 77 años que es capaz de ganar en casa. 
Las lágrimas que derramó Muray un año antes son el reflejo de que la frustración sólo te debe llevar a hacerte mejor, a aprender de tus errores, a salir adelante y esperar que la vida misma te brinde la oportunidad de una revancha. Murray lo hizo, su revancha llegó rápido y ahora derrama lágrimas por haber conseguido un objetivo buscado por millones de ingleses en 77 años... ser el rey de Wimbledon.
Adjunto el video del jugador que más veces compitió en la historia antes de ganar Wimbledon por primera vez (14) perdiendo incluso una final ante el gran Pete Sampras. Goran Ivanisevic ganó en el All England en 2001 ganándole al australiano Patrick Rafter la que quizá es la mejor final que he tenido oportunidad de ver.


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