mucho más que sólo futbol

¿Quién dice que los Brasileños solo existen para jugar al futbol? ¿Quién dice que los brasileños sólo son playas, mujeres y fiesta? 

Quienes lo pensamos así parece que los subestimamos, así como los mexicanos nos sentimos subestimados en esa imagen que tiene el mundo entero del gordo que la pasa tomando tequila y durmiendo debajo de un cactus. 

Seguramente todos están enterados de la revolución que ha generado el alza de 20 centavos de real al precio del transporte, que se convirtió en la gota que derramó el vaso de la paciencia de una población que si, efectivamente está viendo cómo el gobierno brasileño está gastado miles de millones de dólares en construcción, rehabilitación y obras para recibir primero la Copa Confederaciones, luego el Mundial y finalmente los Juegos Olímpicos en 2016. La cosa es que la situación económica de la gente en el país amazónico no es de lo mejor.

Para entender un poco mejor las dos caras de la moneda, basta voltear a ver lo que es Brasil a nivel regional. Un país lo suficientemente sólido económicamente que influencia totalmente la economía de todo el cono sur del continente, el que tiene la compañía petrolera más grande de América Latina: Petrobras, único país que tiene tecnología espacial y un país que ha sido colocado junto con la India dentro del grupo de economías emergentes que están muy cerca de considerarse como países desarrollados.

Para cualquier país del mundo y en particular de nuestra Latinoamérica recibir eventos de la magnitud de los que recibirá el gigante sudamericano en tan poco tiempo debería ser causa de fiesta y pudiera pensarse como una causa de unión entre la gente que se debería preparar para recibir a millones de turistas que los visitarán y para mostrarle al mundo su cultura... Y seguramente así será con gran parte de la población, pero evidentemente esa parte es mucho menor de lo que el mundo entero pensaba.

Una enorme parte de la población brasileña ha aprovechado un evento de calidad internacional para demostrarle al mundo que no permitirán que el gobierno les dé pan y circo... no permitirán que el gobierno los engañe al hacerles creer que estos eventos traerán bienestar para todos... hay gente que ya despertó y que sabe que las prioridades actuales del gobierno no son de ninguna manera dos torneos de fútbol y una olimpiada, más bien el gobierno debe atender otras prioridades como la seguridad, el hambre, el empleo... 

Si los gobiernos y las empresas históricamente se han valido del deporte para legitimar algunas de sus acciones o decisiones, por qué la gente no puede hacer lo mismo. Durante años vimos a gobiernos autoritarios utilizar mundiales para engañar al mundo sobre la crueldad con la que gobernaban su país, también fuimos viendo cómo las marcas utilizan estos eventos para vender nuevas ideologías a una población cada vez más consumista... 

Lo que está sucediendo en Brasil, tiene un riesgo enorme para hacerse mucho más grande, pero puede considerarse como la continuación de esta nueva era, donde los jóvenes empiezan a generar un nuevo tipo de ciudadanía, una ciudadanía conocedora, interesada por la situación en su país, enterada y sobre todo valiente... ya vimos lo que este tipo de protestas ha sido capaz de hacer en el norte de África, lo que el 15-m ha sido capaz de hacer en España, lo que el movimiento Yo soy #132 causó en México... Brasil nació para jugar al fútbol y es ahora el fútbol lo que le da a la población la oportunidad de gritarle al mundo que mientras su presidenta presume de los avances económicos y tecnológicos al mundo, su gente se muere de hambre.  Por lo pronto ya lograron revertir la decisión de subir el precio en el transporte, vamos a ver cuánto más pueden conseguir. 

Por si fuera poco, no debemos olvidar que en exactamente un mes, Río de Janeiro estará recibiendo la visita del Papa Francisco y miles de jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud, evento que también genera gastos al gobierno, pero eso es otro tema.

Ah y pareciera que el País anfitrión del próximo mundial no ha tenido un buen ensayo en la confederaciones, entre canchas en mal estado, estadios inconclusos y un sinfin de detalles que tendrán que atender con urgencia en aproximadamente 11 meses que arranque ese mundial con el que tanto han soñado.