El Monumental se llenó para alentar a River Plate que llegaba como amplio favorito para vencer a Arsenal de Sarandí. acceder a la final de la Copa Sudamericana y ganar un título internacional que se les niega desde 1997 cuando ganó la entonces Recopa Sudamericana tras vencer a Sao Paulo.
Pero muy lejos quedó aquel gran equipo de Burgos, Aimar, Francescoli, Vivas, dirigido por Ramón Angel Díaz. Ese sí que era un equipazo. Ahora River se debate entre sonados fracasos: no ganan el título local desde hace dos años y medio y no llegan a una final internacional desde la derrota con Cienciano también en la Copa Sudamericana de 2003. Demasiados fracasos para uno de los equipos más grandes de América.
Los aficionados Rioplatenses se han pasado el presente siglo detrás de sus televisores viendo como sus archirrivales de la Boca lo han ganado absolutamente todo y no solo una vez: 2 copas sudamericanas, 5 torneos argentinos, 4 Copas libertadores, 2 recopas sudamericanas y 2 copas intercontinentales.
El día de hoy tenían una gran oportunidad y los hinchas lo sabían y lo demostraron. El equipo de la banda perdió toda oportunidad de coronarse en el torneo local así que apostaba salvar un año desastroso con por lo menos la Copa Sudamericana.
Desde el principio la suerte no acompañó al equipo de Daniel Pasarella. A la mitad del primer lapso se lesionó el ídolo local Ariel Ortega. A la salida del burrito se le sumó la ausencia por convocatoria a selección de Radamel Falcao García.
Arsenal hizo su partido: le regaló el balón a un River desesperado y contragolpeó cuando pudo aunque sin inquietar a Juan Pablo Carrizo. Los de Sarandí jugaron con el cuchillo entre los dientes: Mosquera, Matellán y San Martín eliminaron cualquier esbozo de peligro de River.
En el segundo lapso la presión local fue aún mayor: Lima, Beluschi, Bounanote, Zárate, Ferrari intentaron por uno y otro medio sin lograr anotar y fue ahí donde apareció la figura del partido: el arquero Mario Cuenca. Primero detuvo de forma adecuada un potente disparo de Lima y posteriormente le robó un gol de bandera a Fernando Beluschi con un gran lance. River no pudo y Ahumada se hizo expulsar por una entrada muy violenta contra un jugador de Sarandí.
El partido se consumó y llegaron los penales: Calderón anotó y Beluschi lo falló. Juan Pablo Carrizo detuvo el segundo disparo de los de Sarandí, Zárate anotó el empate para River, después Yacuzzi puso al frente a Arsenal e inmediatamente lo empató Paulo Ferrari. Castiglione anotó el tercer penal de Arsenal y después Mario Cuenca atajó su segundo penal de la serie. El arquero cobró el último penal y sentenció a la Banda. Tras despedirse de los aficionados a modo de burla, el arquero corrió a gritar un triunfo que permitirá a este pequeño cuadro seguir haciendo historia.
Por el otro lado la afición riverplatense llora. Ha sido un año desastrozo para su equipo, fueron eliminados en primera ronda de la Libertadores y no alcanzaron título en los dos torneos locales, además de la eliminación de esta noche. Al aspecto deportivo se le ha sumado el conflicto de los barrabravas con la dirigencia, el conflicto interno de su barrabrava y ahora se prevee que Daniel Pasarella renuncie a su cargo como entrenador.
Arsenal, sin necesidad de llenar encabezados y primeras planas ya está en la final y enfrentará al América de México en fechas todavía por confirmar.
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